‘Aquel verano’, de Mariko Tamaki y Jillian Tamaki

Papel en blanco
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3 min readAug 11, 2014

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Aquel verano

Rose y sus padres han veraneado en Awago Beach desde que ella era una niña. Es su escapada anual, su refugio. Pero este verano será diferente. Su amiga Windy también está allí siempre, la hermana pequeña que nunca tuvo, completando su familia de verano. Pero la madre de Rose y su padre no dejan de discutir, y Rose y Windy se han visto envueltas en una tragedia que se cierne sobre el pequeño pueblo costero. Es un verano de secretos y angustias, pero al menos se tienen la una a la otra.

En su anterior obra ‘Skim’, las primas Mariko y Jillian Tamaki ya habían indagado sobre la adolescencia. En aquella ocasión, con la historia de Kimberly, una chica más bien tímida cuyo entorno no ayuda precisamente a integrarse, las autoras construían un slice of life acerca de las dudas, las preguntas que todos nos formulamos en la juventud.

Aquel verano vuelve sobre esos temas, aunque de forma diferente. La obra retrata ese tiempo muerto que representa el verano para los niños: un período sin obligaciones, sin reglas, en el que uno pierde la noción del tiempo y ya no recuerda ni en qué día de la semana se encuentra. Bajo este prisma las dos jóvenes protagonistas observan a los adultos: Aquel verano, pues, podría ser la reflexión sobre el mundo adulto y sus responsabilidades desde la perspectiva de unas niñas.

Se trata de una ambiciosa novela gráfica, por su volumen, que sin embargo se lee del tirón. Me atrevería a decir que, en parte, Aquel verano está construido con elementos autobiográficos, aunque sea sólo parcialmente por esa sensación de pausa en el tiempo que ofrecen las vacaciones. Cuando uno empieza la lectura, tiene la impresión de estar ante otro slice of life, y en el que nada va a ocurrir realmente (de hecho es así hasta cierto punto, pero eso también caracteriza un verano adolescente, cuando los días pasan sin que realmente relevante no pase nada), pero a medida que la novela gráfica avanza, atamos cabos sobre la relación entre lo que vive Rose en casa y lo que ve en sus casuales compañeros de verano. La obra toma, pues, valor en su conjunto, una vez leída y aposentada, e invita a una segunda lectura más reposada para poder disfrutarla plenamente.

Aquel verano

Jillian Tamaki no ha hecho más que mejorar su trazo desde ‘Skim’, y aunque en esta ocasión deja fuera las influencias directas de la ilustración clásica japonesa, su lápiz no deja de traslucir una suave influencia manga, que destaca en las caras y expresiones, pero también de cierta forma en el devenir de la narrativa, que en determinados momentos deja respirar a la trama con grandes viñetas de espacios naturales. No puedo decir más que maravillas del exquisito lápiz de la ilustradora: su trazo fluye con una naturalidad casi insultante, tanto en las figuras, como en las expresiones o el cúmulo de detalles en las viñetas. Sólo por el dibujo, la lectura de la obra ya valdría la pena.

Aquel verano resulta una obra fascinante en su conjunto: un viaje de vuelta a esos veranos en los que no tener responsabilidades y languidecer a la sombra del calor eran nuestras únicas ocupaciones.

‘Aquel verano’

Jillian Tamaki y Mariko Tamaki

La Cúpula, 2014.

Rústica. Bitono, 320 pgs. 24,90€

ISBN: 9788415724728

Más información | Ficha en La Cúpula

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