‘Black Dog’: Dave McKean, la Gran Guerra y los sueños de Paul Nash

Josep Oliver
Papel en Blanco
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3 min readMar 13, 2018

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Black Dog

En 2015, la organización 14–18 Now y el Museo Imperial de la Guerra encargaron a Dave McKean un proyecto artístico inspirado en la Primera Guerra Mundial con motivo de su centenario. Ya sabemos que a veces las obras por encargo no suelen ser las más representativas de un autor. Pero McKean se creció con esa petición, e inspirándose en la figura del pintor británico Paul Nash, realizó la novela gráfica Black Dog, que ahora se publica en español gracias a ECC y que representa la vuelta al cómic por todo lo alto del genial portadista de Sandman y autor de cómics como Cages.

Paul Nash fue un pintor londinense que sirvió en el ejército británico durante la Gran Guerra. Tras el final de ésta, consolidó su carrera como artista plástico y estableció vínculos con las vanguardias de la época, especialmente con el surrealismo. El gran mérito de Nash fue combinar la tradición de la pintura paisajística inglesa con los movimientos de vanguardia europeos. Sus obras más recordadas tienen como inspiración el horror del conflicto armado. Durante la Gran Guerra, su trabajo se concentró en la representación deformada del paisaje del frente, que hizo en numerosos cuadros de gran tamaño.

Black Dog

McKean reconstruye la figura de Nash de manera atomizada, con una serie de saltos temporales que nos llevan desde el Paul niño, evocando la figura de su madre, hasta su estancia en el hospital de Queen Square, donde se recupera de sus afecciones nerviosas. Con esa narrativa fragmentada, vamos uniendo las piezas que forman a Paul Nash, en el retrato de una vida marcada por el recuerdo de su madre, la experiencia bélica junto a su hermano, sus amores, y, sobre todo, el horror de la carnicería humana en la Gran Guerra. Los sueños de Paul Nash son el hilo conductor de la obra, a través de los cuales, y de ese leitmotiv del perro negro (black dog alude también, en inglés, a un estado emocional de tristeza, melancolía o depresión) que acompaña toda la vida al pintor, vamos conociendo al autor.

‘‘Black Dog’’

Visualmente nos encontramos con un Dave McKean pletórico, que a pesar de haber desarrollado en los últimos años una maestría inigualable en la ilustración digital, vuelve en Black Dog a apostar por un trazo fisico, real, más carnal y contundente. Y no sólo eso, sino que en un extraordinario tour de force, no se conforma con seguir un solo estilo, sino que durante toda la novela gráfica experimenta con diferentes trazos, ora más realistas, ora más caricaturescos, en ocasiones estableciendo un diálogo con el surrealismo del que bebió el propio Nash, en otras, haciendo uso de sus fantasmagóricos collages, que van al dedo para poder describir la experiencia del frente. Todo ello, en una asombrosa mezcolanza en la que esos diferentes estilos conviven yuxtapuestos, en violentos contrastes para el lector. Es un Dave McKean completo el que encontramos aquí, desde el minimalista, hasta el pintor de vanguardia, pasando por el veterano narrador de cómic.

Black Dog es una obra difícil. Necesita de varias lecturas para que el lector pueda llegar a su fondo. Y, aunque esto no suceda, como las buenas obras de vanguardia, es capaz de transmitir emociones sin necesidad de que entendamos todo, tal es la poderosa fuerza de las imágenes de McKean. Una obra que marca un nuevo hito en la carrera de este autor, y que seguramente tendrá lugar entre las mejores obras del año.

Black Dog. Los sueños de Paul Nash. Dave McKean. ECC, 2018. Cartoné, color. 120 pgs. 17,95€. Cómpralo con descuento aquí.

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Filólogo, profesor de Literatura en Secundaria, crítico de cómic en varias publicaciones y coautor del cómic El joven Lovecraft. Bloguero decano en Cisne Negro.