‘Distinta’: para disfrutar de nuestras diferencias
Sozapato y Beto Valencia son los autores de este cuento de Kalandraka
Luna es una chica diferente. No es igual que las demás. Además de porque sea un poco… azul, no se toma las cosas como el resto de personas. Cuando los demás intentan desperezarse y levantarse de mala gana, ella disfruta de las primeras horas de la mañana. Los atascos y los embrollos de gente no le suponen un problema, porque ella vive su entorno de una manera diferente. Cuando llueve y todos corren a encontrar refugio, a ella le encanta imaginar que el agua es como una corriente de peces que sube y sube por su cuerpo. Y por la noche, cuando todo el mundo se acuesta después de un fatigado día y cuenta ovejitas, ella las reúne para jugar con ellas.
Distinta es un cuento, muy, pero que muy breve de texto, en el que conocemos a Luna. Luna es un poco selenita. Un poco rara, vaya. Pero lo importante de ser raro, como les digo siempre a mis alumnos, es que raro significa poco común, es decir, extraordinario. ¿Y qué hay mejor que ser extraordinario? Luna ni siquiera está acomplejada por ser algo “diferente”, sino que como forma parte intrínseca de su ser, ni siquiera lo celebra: para ella, ser distinta es tan normal como respirar.
En un entorno urbano repleto de color, que constantemente explota por la capacidad imaginativa de Luna, Sofía Zapato (que firma como Sozapato) crea un pequeño universo cromático lleno de vida y candidez. El mundo de Luna está lleno de naturaleza y de color, por más gris que sea la ciudad o sus habitantes. El texto de Beto Valencia busca reafirmar la identidad personal aún con todas sus curiosidades y rarezas. Porque todos en el fondo tenemos que negociar con ellas: decidir si las mostramos al mundo o no, preocupados siempre por la aceptación de los demás o del qué dirán.
Visualmente el cuento es muy atrayente: con colores atrevidos y un despliegue imaginativo precioso, atraerá las miradas de los lectores más jóvenes. El mensaje también les animará a ser quienes quieran ser. Qué preciosidad que todos pudiéramos valorar la riqueza que supone ser distintos unos de otros para la convivencia.
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