‘El bosque confiado. Relatos sobre naturaleza en la América de Thoreau’, VVAA (I)
La necesidad de volver a la naturaleza, tanto para hallar refugio y solaz en ella como para poner nuestra humanidad a prueba
Para algunas personas que sentimos a menudo la necesidad de cambiar asfalto por tierra, los relatos contenidos en esta antología alivian nuestra rutina de ciudad al tiempo que nos reconfortan con promesas de esa anhelada naturaleza que tan importante es para nuestro equilibrio emocional y espiritual.
A diferencia de la mayoría de colecciones de narrativa breve, El bosque confiado. Relatos sobre naturaleza en la América de Thoreau mantiene una envidiable homogeneidad en lo que respecta a la calidad de sus textos, escogidos con gran acierto por María Casas Robla, quien ha sido directora literaria de las líneas Debolsillo y Penguin Clásicos, y la responsable de otras antologías, como Si las mujeres mandasen. Relatos de la primera ola feminista (2020) o He visto cosas que no creeríais. Distopías y mutaciones en la ciencia ficción temprana (2021), ambas también publicadas por Siruela.
El volumen se abre con un prólogo confeccionado por la misma María Casas que ayuda a contextualizar la realidad de las autoras y autores norteamericanos del siglo XIX cuyos relatos componen este volumen. Aquí se parte de la corriente literaria del romanticismo, que en los Estados Unidos se deleitó en la conquista de sus vastos espacios, una empresa que requirió más de duro esfuerzo que de ociosa contemplación. Es un romanticismo naturalista, donde la sencilla descripción de la realidad adquiere un peso fundamental. A partir de estos orígenes, el trascendentalismo, que entrevé la presencia de la divinidad en la naturaleza, se abrirá paso hasta asumir su forma definitiva bajo la inspiración de Ralph Waldo Emerson y, más concretamente para lo que concierne a esta antología, su discípulo Henry David Thoreau, quien también abogó porque el hombre recuperara esa conexión perdida con el mundo natural, un mensaje que resuena todavía en algunos de nuestros corazones urbanitas. Con todo, el realismo y el costumbrismo adquieren una importancia fundamental en la mayor parte de los relatos incluidos en este volumen.
La variedad es una de las bazas fuertes de esta antología, pues no sólo recoge autores y autoras de fama dispar sino también perspectivas diferentes sobre el fenómeno natural. Esa vuelta al bosque y el sentimiento de comunión con la floresta, que pueden dar lugar a planteamientos proto-ecologistas, es aquí compatible con la indefensión del hombre en un medio hostil y al miedo que pueden inspirarle los elementos desencadenados. Así, la naturaleza se nos presenta beatífica y protectora, al tiempo que salvaje e inmisericorde. Por otro lado, la variedad de la propuesta de la antóloga se hace extensible a formatos, estilos y tonos literarios, de manera que encontramos desde relatos a fragmentos de otras obras de mayor extensión, pasando por cartas o incluso entradas de diario; apuntes autobiográficos conviven con ficción, y narrativa convencional con prosa lírica.
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