‘Embassytown’ de China Miéville

Una deslumbrante novela de ciencia-ficción con reflexión metalingüística

Papel en blanco
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Embassytown

China Miéville es uno de esos autores cuyo nombre últimamente resuena mucho en el mundillo de la ciencia-ficción. Después de leer muchas y diversas opiniones favorables hacia su obra, decidí que era el momento de probar por mí mismo y me puse a leer una de sus últimas obras, Embassytown, La Ciudad Embajada, una obra que ganó el Locus a la mejor novela de ciencia-ficción de 2012.

¿De qué va Embassytown? En un confín del universo conocido, en el extrarradio de todos los mundos habitados, está el planeta de la Ciudad Embajada. Se trata de una colonia humana en un mundo extraño habitado por los Ariekei, a los que también se les llama Anfitriones. Se trata de una raza alienígena muy curiosa por su Idioma: no sólo porque tienen una doble voz, sino porque su sistema de comunicación no permite la abstracción. Para hablar con los Anfitriones, los humanos han creado a los Embajadores, parejas de clones que han sido preparados toda su vida para funcionar como una sola conciencia con dos voces y así poder comunicarse con los Ariekei.

Cuando llegan a la Ciudad Embajada un nuevo Embajador (no me he equivocado con el verbo, si leéis el libro lo entenderéis) desde la metrópolis, los Ariekei quedarán muy confusos ante su discurso. A partir de ahí, la confusión se apoderará de Ciudad Embajada, y tanto Avice, la protagonista, como los Embajadores deberán enfrentarse a la eventual y posible destrucción de todo el planeta.

El autor despliega en Embassytown una imaginación increíble cuando describe el mundo de los Ariekei y la Ciudad Embajada: una civilización de biodispositivos, de unos alienígenas tan diferentes a nuestra concepción de vida que se hacen muy difíciles de imaginar. Granjas de máquinas nómadas que excretan combustible, casas biológicas hechas de músculo, armas biotrucadas, mascarillas de respiración que se quejan al entrar en contacto en el aire enrarecido de los cadáveres…

He leído alguna crítica a esta obra que se queja de que no se entiende lo que Miéville quiere explicar. Entiendo las quejas pero no las comparto. Miéville ha creado una obra compleja, tocando algún tema complicado y usando una disposición de la trama no del todo lineal, pero eso no asustará a los lectores más avezados; es más, es incluso un atractivo.

Miéville relata en el libro el paso de ese lenguaje que sólo puede designar lo real, a un lenguaje que conceptualiza

Las críticas han venido principalmente porque el autor empieza la historia in media res y, en el primer tercio del libro, va dando saltos adelante y atrás en el tiempo (aunque se especifica claramente en la cabecera del capítulo, donde pone “Anteriormente”). También porque Avice, la protagonista, no explica en principio alguna de las cosas que cuenta: qué es el ínmer, los Anfitriones… cosa que puede aturullar un poco al lector. Pero eso es sólo la primera impresión, porque si dejamos al libro fluir, todo termina entendiéndose. Creo que Miéville ha acertado con eso, porque da coherencia a la historia del narrador. Haber dado todas las explicaciones a primera de cambio hubiera sido demasiado fácil o algo que un narrador omnisciente hubiera podido hacer, pero no Avice.

El libro puede hacerse algo complicado por la reflexión metalingüística que Miéville realiza gracias a los Ariekei. Los Anfitriones no son capaces de mentir porque su lenguaje no conceptualiza sino que expresa la realidad. Por eso algunos de ellos utilizan a humanos como símiles, pero para utilizar estas comparaciones necesitan que sean reales. Como la protagonista, Avice, que fue la niña que fue herida en la oscuridad y que comió lo que le dieron. Pero, con todo, algunos de los Ariekei intuyen esa posibilidad y pretenden aprender a mentir. Una de los aspectos más geniales que Miéville relata en el libro es el paso de ese lenguaje que sólo puede designar lo real, a un lenguaje que conceptualiza a través del símil primero, y luego a través de la metáfora. Una metáfora, en el fondo, es una mentira. Las perlas de tu boca (los dientes), el manto blanco del monte (la nieve). Pero es una mentira que permite la creación de un lenguaje totalmente nuevo. Y no puedo decir más sin fastidiaros el libro.

Embassytown

Mención especial hay que hacer a la traducción de la novela, que ha sabido solventar una papeleta muy complicada, debido a la gran cantidad de palabras inventadas que el autor utiliza, o de composiciones sobre palabras ya hechas, que sin duda debieron causar más de un dolor de cabeza a Gemma Rovira, la traductora.

Embassytown es realmente un libro espectacular, y Miéville es un autor increíble con una gran voz, un prodigio de imaginación y un talento a seguir. La única pega que se le puede poner al libro es que termina haciéndose algo largo. El autor podría haber contado lo mismo en cien páginas menos, pero este detalle le resta muy poco a un conjunto brillante. Si os gusta la ciencia-ficción, tenéis que leer este libro.

Embassytown
China Miéville
Fantascy / Random House Mondadori, 2013.
Rústica con solapas. 448 pgs. 18,90€
ISBN: 9788415831006

Más información | Ficha en Me gusta leer
En Papel en Blanco | Las 50 novelas de fantasía y ciencia-ficción que todo el mundo debería haber leído (donde se incluye una obra de China Miéville)

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