‘Hierba’, de Keum Suk Gendry-Kim

La novela gráfica revelación de 2022 nos trae una historia biográfica sobre la explotación sexual de las coreanas por el ejército japonés durante la IIGM

Aitor Poza
Papel en Blanco

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‘Hierba’ cuenta la terrible historia de Lee Ok-Sun, antigua esclava sexual del ejército japonés.

La Manifestación del Miércoles se celebra frente la embajada japonesa de Seúl, cada miércoles, a mediodía. Desde 1992, su objetivo ha sido reclamar justicia al gobierno de Japón por el régimen de esclavitud sexual a gran escala que este país implantó en los territorios ocupados de Corea y China (así como en otros) durante su etapa imperialista, concretamente dentro de la Segunda Guerra Mundial. Lee Ok-Sun es una de esas manifestantes nonagenarias, una antigua “mujer de consuelo” (el nombre con el que eufemísticamente las llamaban los japoneses) que milagrosamente sobrevivió a aquel infierno y que sigue asistiendo, a veces con temperaturas bajo cero, a las concentraciones frente la embajada, donde se erigió una estatua de bronce en recuerdo de las víctimas que se ha convertido en icónica para el movimiento de protesta. Aunque en diciembre de 2015 se dio un acuerdo entre ambos gobiernos, las víctimas, y entre ellas Lee Ok-Sun, lo rechazaron, argumentando que en ningún momento se contó con ellas y que el gobierno japonés, con el primer ministro Shizo Abe a la cabeza (recientemente asesinado en un acto electoral), nunca se ha disculpado públicamente.

Lee Ok-Sun es la protagonista de Hierba, la novela gráfica revelación de este 2022, firmada por la artista surcoreana Keum Suk Gendry-Kim y que se ha llevado diversos y prestigiosos galardones, como por ejemplo el Harvey, al tiempo que le ha valido ser traducida a más de una docena de idiomas, entre ellos el castellano, que nos ha traído este año Reservoir Books.

‘Hierba’ está publicada por Reservoir Books.

La historia de Hierba es la de Lee Ok-Sun, contada a la artista en una serie de entrevistas que le hizo en la Casa del Compartir, una residencia y refugio para supervivientes de la esclavitud sexual. Una historia que empieza en una infancia definida por la pobreza y el deseo insatisfecho de acudir a la escuela, fruto de una sociedad rural y patriarcal donde la mujer se encontraba supeditada por completo al hombre, teniéndose que encargar no sólo de las tareas del campo y de la casa, sino también del cuidado de aquél, ya sea en la persona de un hermano pequeño, un marido o un suegro. Sin embargo, el núcleo de la novela gráfica se centra en su período como “mujer de confort” en una base aérea establecida por el ejército japonés en Manchuria (parte de la China de hoy en día), que siguió a su rapto y violación siendo apenas una adolescente. Se trata de una etapa que dura tres años y que nos lleva a preguntarnos, como lectores, sobre cómo Lee Ok-Sun pudo resistir semejante calvario. Tras la liberación nacional de Corea, la acción da un salto temporal hasta llegar a la senectud de la protagonista, pasando a relatar la repudia de la que fue objeto por su familia y la reivindicación de justicia social para las víctimas.

‘Hierba’ es, sin duda, una de esas obras de cómic que se ganarán un hueco entre las listas de “imprescindibles” de la talla de ‘Maus’ o ‘Persépolis’

Para la concepción de su obra, Keum Suk Gendry-Kim decidió acercarse a estos hechos de la historia de Corea con una voluntad de hacer de él un mero ejemplo de lo que ha sido y viene siendo la explotación sexual de la mujer a escala universal, alejándose así de cierto enfoque de carácter nacionalista, tendente a la confrontación política con Japón, con el que se ha abordado el tema en otras obras coreanas. Por otro lado, la artista ha renunciado a tratar la historia de Lee Ok-Sun desde la violencia explícita, echando mano a recursos muy efectivos desde un punto de vista gráfico, como la inclusión de paisajes naturales que nos remiten a esa anhelada libertad por parte de una joven mujer que se sabe presa de un aciago destino, la representación del rostro de los violadores envuelta en oscuridad, donde sólo discernimos, como mucho, los ojos y sus sonrisas, de una expresividad pavorosa, o sucesiones de viñetas completamente en negro como sustitutas de la violencia sexual. De esta manera, la artista coreana prefiere sugerir a mostrar, dando como resultado una obra sobrecogedora y terrible, pero también conmovedora gracias a la tierna historia que se establece entre la víctima superviviente y la autora.

La monstruosidad viste de uniforme en ‘Hierba’

Hierba es, sin duda, una de esas obras de cómic que se ganarán un hueco entre las listas de “imprescindibles” de la talla de Maus o Persépolis, pues deja en el lector una huella perdurable, algo necesario en tiempos como éstos, donde la posverdad se halla consolidada y, por el contrario, la memoria histórica se halla comprometida. El revisionismo o incluso el negacionismo que se da hoy en día en Japón en relación a sucesos tan espantosos como éstos es buena muestra y un motivo más para defender lo indispensable que es contar con obras como Hierba, que huyen del revanchismo para centrarse en la denuncia y mantener el recuerdo.

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Combino la docencia en un instituto público de secundaria con un interés personal por promover la lectura. Sólo escribo acerca de lo que me gusta, sin spoilers.