Javier Olivares ilustra el ‘Drácula’ de Bram Stoker

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4 min readMay 31, 2017

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Hace unos meses Anaya publicaba en su colección ‘Clásicos a medida’ la obra inmortal de Bram Stoker Drácula. Porque, por si no lo sabíais, el pasado viernes 26 de mayo se cumplían 120 años de la primera publicación del libro del inmortal vampiro.

Inspirándose principalmente en la figura del actor Henry Irving, del cual Stoker fue secretario durante muchos años y fusionándola con la del príncipe rumano Vlad III, el escritor consiguió forjar uno de los mitos del terror más perennes de la historia de la literatura y un personaje que marcaría un antes y un después en la cultura popular. (La historia del personaje, desde su naciomiento literario a sus adaptaciones cinematográficas, la tenéis muy bien explicada en el libro ’Hollywood Gótico’, de David J. Skal, publicado por EsPop Ediciones, del que ya os hablamos aquí).

Qué os vamos a contar de ‘Drácula’ que no sepáis ya. Así que vamos a centrarnos en la versión que nos ocupa de Anaya.

Esta edición de Anaya está incluida en su colección ‘Clásicos a medida’, con lo que se supone que es una adaptación para los lectores más jóvenes, sobre todo para aquellos que están en secundaria y quieren acercarse al clásico intemporal de Stoker. La adaptación, realizada por Vicente Muñoz Puelles, no reescribe la novela, sino que respeta la totalidad de los capítulos, la estructura epistolar de la novela original, y el estilo de Stoker. Hace muchos años de mi última lectura de la obra íntegra, pero juraría que la adaptación es muy fiel y no se elimina nada importante en ella. Mi sensación como lector, con el texto base algo atrás, es que leía por primera vez la novela de Stoker. El lenguaje utilizado, siendo comprensible, es bastante rico y hay muy pocas notas a pie de página. La mayoría de ellas ofrece información sobre localizaciones que se mencionan; otras pocas sí que son aclaraciones de vocabulario.

También son importantes los paratextos de la edición, tanto la introducción como el apéndice, que nos dan información muy interesante sobre el autor, las circunstancias de la escritura del libro, la novela como literatura de género y el mito del vampiro. En eso Anaya siempre pone mucho celo y me alegro. Puede que yo también fuera un niño raro, pero esos textos complementarios siempre me parecieron tanto o más interesantes que la propia obra a la que acompañan.

Y, finalmente, hacer mención al ilustrador con el que titulábamos esta reseña. Javier Olivares, el artista Premio Nacional de Cómic por la recomendadísima obra Las meninas, tiene también una sólida carrera como ilustrador de clásicos. Sólo este año hemos podido apreciar su arte en libros de Valle-Inclán (QueLeo), Sheridan LeFanu (Yacaré) o Chesterton (Valdemar). Para Drácula, en su reconocible estilo, elige sólo tres colores para todo su arte: rojo (la sangre), negro (la muerte) y blanco (la vida). Su visión de la novela tiene algo de barroco, pero también de expresionista, con lo que el juego de espejos con referencias como el ’Nosferatu’ de Murnau está servido. Olivares elige ser fiel al retrato de Drácula hecho por Stoker y no hacer una concesión a las múltiples caras que lo encarnaron en el cine. Los principales pasajes de la novela tienen su correspondiente ilustración.

En el mercado tenéis a vuestra disposición decenas de ediciones de este clásico. Pero ésta de Anaya puede satisfaceros por varios motivos: buen texto adaptado, magníficas ilustraciones y buen cuerpo de textos complementarios. Para introducir a jóvenes lectores en el mito más exitoso del siglo XX, esta edición no está nada mal.

Drácula. Bram Stoker. Adaptación de Vicente Muñoz Puelles. Ilustraciones de Javier Olivares. Anaya Infantil y Juvenil, 2017. Rústica, color, 192 pgs. 10,30€. ISBN | 978–84–698–3332–2

Más información | Ficha en Anaya

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