‘La Sociedad de los Dragones de Té’ y el honobono

La Cúpula publica la novela gráfica de Katie O’Neill ganadora con dos premios Eisner

Josep Oliver
Papel en Blanco
Published in
3 min readOct 2, 2018

--

La Sociedad de los Dragones de Té

Greta es la hija de la herrera del burgo. Mientras va aprendiendo su oficio, un día rescata a un dragón del té perdido. Cuando consigue devolverlo a su dueños, Hesekiel y Erik, Greta se inicia en el olvidado arte del cuidado de estas fantásticas criaturas de la mano de sus afables dueños.

La edición en español de La Sociedad de los Dragones de Té, de Katie O’Neill viene precedida de de dos premios Eisner de este mismo año. Un título que ha cautivado a lectores y crítica, y del que el Observer decía que “parece diseñado para calmarte”. Ciertamente, ese aire de zen le viene, primero por una innegable influencia de la estética manga. Katie O’Neill crea un bellísimo universo de fantasía donde la magia y la bondad campan a sus anchas. Y segundo, porque la autora recoge el espíritu de las creaciones de Miyazaki: una trama amable donde no hay un antagonista al que enfrentarse, sino que lo que leemos es el desarrollo de unos personajes tratados con cariño y carisma.

Pero una de las cosas que más me interesa de La Sociedad de los Dragones de Té es que es un cómic que hace de la inclusión un estandarte invisible, un factor muy importante que es utilizado con naturalidad, sin ninguna estridencia. En la historia, nos encontramos con la ruptura de la normatividad hegemónica más habitual, y así, encontramos a una madre fuerte que es herrera y a un padre que andrógino, a uno de los protagonistas en silla de ruedas y a una pareja homosexual, a diferentes razas conviviendo en paz y armonía, y todo en un ambiente de respeto a la naturaleza y a la diversidad. En japonés hay un término que se llama honobono, que vi utilizar por primera vez en el juego de rol Ryuutama y que se refiere a un sentimiento agradable, derivado especialmente de la contemplación de la naturaleza, el asombro, y el proceso de maduración y crecimiento que implica un viaje. Y La Sociedad de los Dragones de Té aspira a ese honobono: es un canto a la diversidad y al respeto, y a la convivencia que ello genera. Y el leitmotiv de todo ello son los dragones, seres longevos que se caracterizan por su paciencia, y y el té, la bebida de la tranquilidad por excelencia, cuya ceremonia de preparación es todo un ritual zen y que aquí se refuerza uniendo ambos elementos.

La Sociedad de los Dragones de Té

Por lo demás, Katie O’Neill crea un universo kawai, con un dibujo y un coloreado extraordinario en el que uno querría perderse. No es de extrañar que en Estados Unidos el merchandising haya florecido como la primavera en los cuernecitos de los dragones de té: allá tienen ya desde juegos de cartas hasta peluches de la serie.

En definitiva, un cómic delicioso, que va a poder encontrar múltiples aplicaciones al aula sobre todo en cuanto al tratamiento de la diversidad. Una obra para todos los públicos que os hará entrar ganas de tomar un té bien caliente. ¡Estoy seguro de que le encantará a nuestra Sarah Manzano!

También te puede interesar:

--

--

Filólogo, profesor de Literatura en Secundaria, crítico de cómic en varias publicaciones y coautor del cómic El joven Lovecraft. Bloguero decano en Cisne Negro.