‘Los mitos de Cthulhu’ de H.P. Lovecraft y Alberto Breccia

Papel en blanco
Papel en Blanco
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3 min readDec 22, 2015

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Hace ya unos cuantos meses que un amigo me prestó esta maravilla que es Los mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft adaptados e ilustrados por Alberto Breccia. Una maravilla que, tengo que confesar, había dejado en la estantería, apenas sin prestarle atención y sin el más mínimo sentido de urgencia (la confianza da asco, ya lo sabéis). Hace apenas unos días, sin embargo, lo vi de reojo y pensé “Ummmm, voy a echarle un vistazo”.

Eso fue mi perdición, claro. Un vistazo se convirtió en “Voy a pasar el resto de la tarde leyendo y admirando esta genialidad”, acompañados de frecuentes “¿Pero por qué no lo he leído antes?” Lo sé, no tengo remedio, porque “este amigo ya me había avisado de que me iba a encantar” y yo no sé en qué estaba pensando, la verdad, pero está claro que tenía que haberlo leído mucho antes.

Aquí encontramos una buena colección de relatos terroríficos, los pertenecientes a los conocidos mitos de Cthulhu ideados por la enfermiza mente de Lovecraft. Están pasados, sin embargo, por el tamiz no menos enfermizo de Alberto Breccia, lo que convierte a esta antología en una auténtica colección de pesadillas de la que cuesta salir.

Alberto Breccia decide aquí jugar con la ilustración más clásica mezclándola con el dibujo experimental, algo que le viene genial a todos esos seres numinosos llegados de más allá de las estrellas que pueblan los relatos de Lovecraft. En la mayoría se intuye, más que verse, todo ese horror que se esconde en los pueblos más recónditos de Nueva Inglaterra.

En este tomo podemos encontrar relatos como ‘La cosa en el umbral’, ‘El horror de Dunwich’, ‘El color que cayó del cielo’ o ‘La sombra sobre Innsmouth’, por citar algunos. Relatos bien conocidos por los lectores asiduos de este autor pero que aquí cobran una nueva (y terrorífica) dimensión gracias a los trazos de Breccia.

Si tengo que ponerle una pega, es una minúscula, y es que he echado en falta un índice para las historias, y la falta de numeración de las páginas también es un detalle tonto que he echado de menos. Dos tonterías, como veis, porque en general, el formato del libro, bien grande, es de los que enamora a simple vista.

Como podéis observar, he quedado totalmente prendada de este libro, y es que de vez en cuando me apetece pasar un poquitín de miedo, y para eso no hay nadie mejor que Lovecraft. Me lo han prestado, sí, pero tengo clarísimo que me voy a comprar uno para mí, porque cosas como esta mejoran cualquier día. Aunque parezca raro (y enfermizo).

[Actualización de 2018] Lamentablemente, este volumen está en la actualidad descatalogado en España y no ha vuelto a ser reeditado. En Argentina hay una edición de Doedytores.

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