‘Mi pequeño’, de Oliver Schrauwen: en diálogo con Winsor McCay
Hoy hablamos de la edición de Mi pequeño, una novela gráfica que apela al sabor añejo de los pioneros del cómic para formular su narrativa en una nueva experiencia, que confronte presente con pasado. Edita Fulgencio Pimentel.
El cómic se editaba por primera vez en 2007, con un autor, de origen belga, que acababa de cumplir 32 años. La obra está articulada desde el homenaje, o la imitación, del estilo de Winsor McCay, el autor de Little Nemo. El hilo conductor de la historia es la de un hombre que tiene un hijo bebé, hiperbólico y grotesco, y de las cosas que hacen juntos cuando salen merced al carácter estrambótico del progenitor.
Es en este estilo como se plantea un diálogo entre las formas primitivas del cómic que estructuró McCay, cuando lo que hacía apenas tenía un nombre (Little Nemo se publicó entre 1905 y 1914), y nuestra manera de entender el cómic. Desde el punto de vista técnico, el acabado es magistral. Las viñetas, el color, los bocadillos, la tipografía… Todo podría pasar por una obra de la época. Excepto por el registro adulto al que enseguida salta Schrauwen. Con él, nos recuerda de forma inteligente la diferencia que entre el contenido y el continente, y nos hace plantear los tópicos que arrastramos en cuanto al medio de expresión. Porque Schrauwen coloca a sus protagonistas en un mundo inquietante, lleno de personajes ora crueles ora ingenuos, que nos hace cuestionar su naturaleza. Ese carácter surrealista y a la vez cruel o cáustico lo podría relacionar con otro enfant terrible, Herr Seeleel, autor de Cowboy Henk, del que os hablamos aquí.
Sentimientos encontrados ante una obra así, que requerirá de un lector que entienda el juego que plantea su autor. Por una parte, el mérito artístico de rescatar de una forma tan fidedigna el trabajo de los pioneros del cómic en el alba del siglo XX. Por otra, la sensación de que el ejercicio se queda en eso, en un ejercicio de estilo, sí, quizá pasado por el tamiz de la crueldad de la vanguardia y el discurso postmoderno…
Fulgencio Pimentel recupera Mi pequeño con nuevo formato y una extensa historia adicional, en una nueva obra que el autor considera su edición definitiva.
