‘Moby Dick’, en los ojos de José Ramón Sánchez
Moby Dick es una de las obras maestras de la literatura universal. La novela de Melville es el mar y su esencia, la brisa misteriosa, la respiración del océano, una ruta, una persecución obsesiva. La misma obsesión que ha llevado al autor José Ramón Sánchez a navegar durante dieciséis años en la novela inmortal de Meville.
Quizá os suene el estilo de Sánchez. Y es que el veterano autor, Premio Nacional de Ilustración 2014, es una referencia nostálgica para una generación por su presencia en programas de televisión como Sabadabadá.
Con ochenta años, el maestro de ilustraciones se embarcó en el Pequod como humilde arponero y con lápiz y papel levantó acta, durante diez intensos meses, de todo cuando sucedía en el barco. Y lo demuestra con esta novela gráfica que los años son una cuestión del espíritu, y el suyo es el de un artesano inconformista, siempre dispuesto a surcar las aguas de cualquier manifestación artística.
El libro es una novela gráfica en blanco y negro con 176 páginas y 642 viñetas en las que se aprecia la mano del artista y el diseño del cinéfilo. El autor ha trabajadoincansable para hacer realidad el sueño que tenía desde la infancia: ilustrar un cómic.
«Era un sueño porque el talento natural no me daba para ello. Tampoco, a los setenta y nueve años, el talento había madurado tanto como para atreverme por vez primera. De octubre a noviembre de 2016 me atrapó una fiebre que me dejó exhausto: una maqueta con viñetas y textos en los que volví al año 2001, a la tragedia ballenera de Moby Dick
Este Moby Dick de ahora es la pequeña cima de una obsesión enfermiza, la del marinero que llega a Nantucket, que se embarca en el Pequod, que persigue a la ballena blanca, que se salva por los pelos gracias al ataúd de Quiqueg, que es recogido por el ballenero Raquel y vuelve a contar la historia otra vez más».
Jesús Herrán Ceballos le ha puesto voz a las ilustraciones, intentando conjugar el tono del autor americano con las imágenes del artista cántabro, y Daniel Sánchez Arévalo saluda la publicación con unas palabras que están llenas de cariño y admiración hacia su padre.
El resultado, una obra poderosa como la original.
