Obscenidad y libertad de expresión
Astiberri publica el manga de Rokudenashiko, autora procesado por su arte “manko”
Japón es un país de contrastes, que intenta conciliar sus dos caras, la del país de tradiciones milenarias, con la de uno de los países más industrializados y tecnologizados del mundo. A veces, esas dos facetas antitéticas chocan tratando de entenderse una a otra. Porque a pesar de la apertura a Occidente desde hace dos siglos y el abrazo de las costumbres de los gaijin en muchos aspectos de la sociedad, Japón sigue siendo un país profundamente conservador en sus creencias. De ahí que un suceso como el que vivió nuestra protagonista, la autora Rokudenashiko (pseudónimo que significa “inútil” o “incapaz”), terminará convertido en manga como forma de denuncia.
La historia es ésta: en 2014, Rokudenashiko fue encarcelada bajo una acusación de obscenidad. Su delito había sido realizar una maqueta 3D ampliada de su vulva para fines artísticos mediante un micromecenazgo. A todos aquellos que contribuyeron a la campaña de crowdfunding, la artista les envío un archivo con la maqueta digital de su obra, lo que fue considerado por la justicia nipona como difusión de obscenidades.
El manga que nos ocupa, Obscenidad, relata en voz de la propia artista, su experiencia con la policía y los jueces, y su paso por la cárcel femenina. Mientras que una parte es un crónica de la recepción de su propia obra, que arranca de la denuncia de lo genital femenino como impúdico e incluso impronunciable en la sociedad japonesa (la palabra que utiliza la artista para referirse a vulva, “manko”, está tan estigmatizada, que ni siquiera muchos de los hombres con los que se topa Rokudenashiko son capaces de decirla en voz alta), hay también una parte que se dedica a describir cómo es el día a día en la cárcel. En este sentido, el cómic recuerda a otro de similares características, En la prisión, de Kazuichi Hanawa (Ponent Mon, 2015), que pormenorizaba la situación de los reclusos en Japón, denunciando su hacinamiento y sus condiciones.
Obscenidad es en parte relato costumbrista y en parte documental de denuncia sobre una cuestión básica: la libertad de expresión, algo que en Occidente tenemos muy asumido pero que, aún así, cada tanto vuelve a salir a la palestra con casos particulares que nos hacen volver a reflexionar sobre los límites del arte, en el caso de España, como el caso del rapero Valtonyc y sus letras contra la monarquía. Complementan el cómic una serie de textos y testimonios que contribuyen a dar una visión más profunda de la situación de la autora, que a día de hoy sigue con causas pendientes con la justicia. La obra pone de relieve el machismo de una sociedad así como el doble rasero con el que mide un concepto tan abstracto como obscenidad una sociedad que no tiene problemas para hacer festivales públicos consagrados a la figura de un falo gigantesco pero es incapaz siquiera de nombrar los genitales femeninos. Rokudenakisho trata con humor y desfachatez su propia experiencia, y la narración de los hechos (que fue serializada y que aquí se encuentra recopilada) es muy amena y en un estilo sencillo y expresivo que facilita su lectura.
Hay un momento especialmente poético en el manga cuando la autora va camino al juzgado, en un coche de policía, y observa al resto del mundo haciendo su vida, como si no ocurriera nada, mientras ella está privada de su libertad por la simple representación de una vulva. Es el momento de reflexión, en el que valora la libertad por encima de todo, y que ha perdido por una cuestión tan subjetiva y teóricamente tan banal como el de hacer arte con una parte de su cuerpo.
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