‘Terry Pratchett. Una vida amb notes a peu de pàgina’, de Rob Wilkins

Mai Més nos trae, en catalán y castellano, la biografía que todo fan de Pratchett no se debería perder

Aitor Poza
Papel en Blanco

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En 2007, recién diagnosticada una atrofia posterior cortical (una variedad rara de Alzheimer), Terry Pratchett se lanzó a una carrera contrarreloj para cerrar una serie de proyectos creativos entre los que se encontraba su propia autobiografía. Sin embargo la Muerte, el personaje más recurrente de su saga fantástica Mundodisco, se lo llevó antes de poder completar esta última obra. Siete años después de su fallecimiento, Rob Wilkins, el que había sido el único asistente personal de Pratchett durante quince años (además de su fan antes de entrar a trabajar para él) decidió paliar ese vacío bibliográfico a partir de las notas que el escritor dejó. El resultado es esta biografía, Terry Pratchett. Una vida amb notes a peu de pàgina, que recientemente le ha valido el premio a mejor obra de no ficción por parte de la BSFA (Asociación Británica de Ciencia-Ficción), y que la editorial Mai Més ha tenido el gran acierto de editar, tanto en catalán como en castellano.

Wilkins y Pratchett en una de las fotografías que la edición de Mai Més incluye

Admito que mi lectura de este libro estuvo envuelta en reticencias varias, pues temía encontrarme en él spoilers de sus obras adscritas a Mundodisco, colección que desde hace un tiempo intento ir desgranando poco a poco, a razón de dos o tres entregas por año. Imaginad mi alegría al descubrir que la biografía de Wilkins se ajusta a ese sector del público receloso de que le destripen un argumento, entre el que me encuentro. Gritad todas conmigo: ¡Ni un solo spoiler!

Me pregunto si acaso no fue la década y media en la que Rob Wilkins se sentó codo con codo con un escritor que fácilmente te sacaba dos o tres libros al año el mejor taller literario al que cualquier autor en ciernes hubiera deseado asistir (una ocurrencia que seguro que hubiera dibujado una mueca burlona en el rostro de Pratchett, para el que el oficio sólo podía empezar a aprenderse leyendo y mucho). Sea como fuere, que os quede bien claro que Wilkins sabe lo que se hace.

Mai Més nos tiene acostumbrados a portadas maravillosas de sus libros de Terry Pratchett

Tanto es así, que consigue hacer interesante una vida que, a priori, no lo fue, al menos si la comparamos con la de otros escritores. La excéntrica personalidad de Terry será harina de otro costal, pero por lo que respecta al resto, no nos engañemos. Antes de ser el afamado autor de ficción fantástica que sólo sería destronado por J. K. Rowling y el fenómeno Potter, Pratchett había trabajado como periodista en periódicos locales para luego pasar a responsable de prensa de la CEGB, la Junta Central para la Generación de Electricidad, que regulaba la producción y distribución de energía en Inglaterra y Gales. Después de eso, ya como el autor de más de cincuenta best sellers de los que se han vendido más de 100 millones de ejemplares en todo el mundo, quizás debiéramos pensar que, sacando dos o tres novelas anuales, se tenía que pasar la mayor parte del tiempo sentado, ya sea escribiendo sus manuscritos, respondiendo cartas de fans (un hábito compulsivo cuya semilla fue plantada por una misiva que J. R. R. Tolkien le contestó de jovencito) o dedicando libros en las habituales giras promocionales (por cierto, uno de los capítulos que encontré más hilarantes y que, creo, más de uno y dos gerentes de librerías deberían leer antes de organizar cualquier sesión de firmas).

Lo cierto es que con estos precedentes y con las 24000 palabras que el propio Terry dejó como fuente documental escrita para su malograda autobiografía, el trabajo que Rob Wilkins hace en este libro es sobresaliente. Partiendo del conocimiento y la intimidad de quien compartió trabajo y vida personal con él, Wilkins consigue, con maestría y mucho humor, que empaticemos con la persona de Pratchett, con sus virtudes y sus defectos, hasta el punto que la lectura se convierte en una experiencia emocional integral. Así, el lector se regocijará con los éxitos de un escritor cuyos inicios se vieron marcados por la humildad y el escarnio del que fue objeto en la escuela; se indignará con sus accesos déspotas, que el propio Wilkins sufrió como su asistente; se entristecerá, en definitiva, con su decadencia mental, fruto de una terrible enfermedad.

Por otro lado, la lectura de esta obra deja entrever un trabajo formidable de documentación, memoria y composición, elaborado a partir de la participación de familiares, amigos y compañeros de trabajo que contribuyeron a construir un corpus de anécdotas que el autor articula en capítulos tirando a breves dotados de cierta cohesión temática, un formato que se presta a relecturas posteriores.

Wilkins escribe con soltura, oscilando entre la densidad narrativa (que para el lector poco puesto en la cultura y literatura anglosajonas puede suponer un ejercicio de búsqueda en Google muy enriquecedor) y la ligereza de la anécdota personal, siempre con ese toque irónico y abiertamente divertido que constituye la “marca Pratchett”, un estilo que su biógrafo conserva en las notas a pie de página a las que se alude en el título y que tan habituales son en las novelas de Mundodisco.

En definitiva, Terry Pratchett. Una vida amb notes a peu de pàgina no sólo es una biografía que cualquier fan del autor consideraría necesaria ante el vacío que Pratchett dejó a su muerte, sino que también es una obra cuyas más de quinientas páginas se leen en una exhalación gracias tanto a su tono próximo y divertido, como por el papel destacado que adquiere la anécdota en el conjunto y, por supuesto, el buen hacer de Rob Wilkins. De lo mejorcito que he leído este año.

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Combino la docencia en un instituto público de secundaria con un interés personal por promover la lectura. Sólo escribo acerca de lo que me gusta, sin spoilers.