Alejandro Quiroga: ‘Miguel Primo de Rivera. Dictadura, populismo y nación’: una biografía necesaria.
«El régimen de Primo de Rivera es un periodo fascinante con golpes de Estado, reyes que traicionan los principios constitucionales, militares dirigiendo toda la administración del país, asesinatos a sangre fría de sindicalistas, una represión sin precedentes de opositores, protestas estudiantiles, procesos masivos de adoctrinamiento nacionalista, movilización política de mujeres [1], complots de todo tipo, intentos subversivos de derrocamiento del dictador, crisis económicas mundiales, amén de profundas transformaciones sociales y culturales.»
Este libro del historiador Alejandro Quiroga Fernández de Soto, Miguel Primo de Rivera. Dictadura, populismo y nación, fue publicado en octubre de 2022 por la editorial Crítica. Una lectura fructífera que nos da un guión y pautas para entender el proyecto primorriverista, desde sus orígenes hasta sus consecuencias como germen y embrión del golpe de Estado de 1936. Una monografía del dictador que liquidó el régimen de la Restauración y sentó las bases del siglo XX español.
«Tras la pérdida de las colonias, además, los propios oficiales del ejército empezaron a ver su papel social, cada vez más, como garantes fundamentales del orden interno de la nación»
Dividido en ocho capítulos, cinco de ellos se centran en los años cruciales de la Dictadura (1923–1930). En este despliegue, conocemos la historia familiar y las sinecuras con las que este militar fue medrando y ascendiendo en el escalafón, a la sombra de su tío Fernando Primo de Rivera y Sobremonte. Además, su matrimonio con Casilda Saénz de Heredia en 1902 (hija de una de las grandes familias azucareras hispanocubanas).
Los traslados fueron continuos y, tras cinco embarazos (pese a lo delicado de su salud), Casilda falleció a los 28 años. Primo de Rivera dejó a su progenie a cargo de una tía y hermanas para seguir desplazándose y luchando en el Rif, cuestión que le valió varios ascensos y condecoraciones. Comenzó, además, su ‘carrera política’, influenciado por las tesis de Joaquín Costa, sobre la necesidad de un gobierno de militares para enderezar la situación del país.
«Juego, mujeres y alcohol acompañaron la imagen pública que se fue construyendo de nuestro personaje. (…) Sobre esta imagen popular de bebedor, mujeriego y jugador, se haría difícil posteriormente construir un retrato convincente de Primo como el salvador de la patria que venía a regenerar la nación con estrictos principios morales de corte católico.»
A través de las páginas centrales del libro vamos asistiendo a la forja del ‘caudillo’: doctrina, personalidad, carácter. Todo ello sumando un control y manejo de la «palabra escrita como medio de adoctrinamiento político»; la ‘nación’ como paradigma contra la revolución. Entre 1920 y 1923 se fragua ese líder patriota que vendría a salvar a España. Como capitán general de Valencia, comenzó con el asesinato de sindicalistas -labor que continuará en Madrid y Cataluña-; informando puntualmente al presidente del Gobierno Eduardo Dato. Tras una serie de vicisitudes y maniobras con destacadas figuras políticas y militares de la época y con la aquiescencia del rey Alfonso XIII, Primo de Rivera desembocó en un golpe militar que instauró la dictadura el 14 de septiembre de 1923. «Primo gobernó como un autócrata desde el primer día y acabó con el sistema liberal de la Restauración haciendo uso del ejército, una institución estatal».
Nos explica el autor cómo, tras un primer Directorio Militar (1923–1925), se pasó a un Directorio Civil (1925–1930) sin que en ningún momento la ley o las órdenes dejasen de salir del puño y letra del dictador (anotaciones hechas en pequeñas cuartillas de papel sobre ideas o legislaciones en los diferentes lugares de la geografía que visitaba se convertían en leyes). También explica la Asamblea Nacional Consultiva (precedente de las Cortes franquistas) y el entramado gubernamental de corrupción, prebendas y gobierno militar del país.
«En estos años, siguieron siendo la norma las detenciones masivas y el maltrato de prisioneros, que eran sometidos a continuas palizas y a quienes se les mantenía desnutridos y en unas condiciones higiénicas infrahumanas.»
En los últimos capítulos, se explica cómo se construyó la figura de Miguel Primo de Rivera: prensa -La Nación-, películas, disposiciones, etc. Además se explica -en un conciso e importante capítulo- lo que significó y cómo se cimentó una nacionalización de las masas convertida en ariete para terminar con la temida revolución. La educación (Real Decreto de 13 de octubre de 1925 que ordenaba a los inspectores y directores de colegios que vigilasen a los maestros que pudieran fomentar doctrinas contra la unidad de la patria), los periódicos, las obras de teatro, conferencias patrióticas, etc. En definitiva, todo servía y estaba bajo control. «Enfatizar supuestas amenazas de enemigos internos y externos se convirtió invariablemente en el modo de justificar la existencia de las dictaduras». En el capítulo, se da cuenta del final del dictador, que falleció en París poco después de abandonar el país.
Y hacia el cierre, Alejandro Quiroga realiza un recorrido sobre la recepción y legado del dictador. ¿Cómo se ha leído y escrito sobre la dictadura?. El capítulo 8, Historia y memoria del dictador y la Dictadura asistimos a una análisis historiográfico de primer orden sobre cómo se ha construido la figura de Primo de Rivera. Un capítulo ejemplar, que llega hasta el presente para permitirnos entender que «este populismo de extrema derecha estuvo encarnado en un personaje profundamente demagogo, que hizo de la mentira, la doble moral y la falta de escrúpulos elementos claves de su modus operandi político». En definitiva, un ensayo para leer, comprender y disfrutar.
[1] [Bonus track] Recomendamos para profundizar en la situación de las mujeres durante la dictadura el interesantísimo libro coral coordinado por Teresa María Ortega López (2022): Mujeres, género y nación en la dictadura de Miguel Primo de Rivera, Madrid: Sílex.
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